Curso de verano en Japón
みなさん、今日は!
¡Hola a todos!
Como algunos ya sabéis, ¡este verano me voy un mes a Japón!
Así estaba yo cuando por fin lo contraté.
Así que me gustaría explicaros mi experiencia durante las búsquedas de curso, los trámites y estancia allí por si puede servir de ayuda a otros estudiantes de japonés que se planteen esta opción para visitar el país.
En estos momentos solo puedo hablaros sobre la primera parte: la búsqueda de posibles cursos y los trámites que he tenido que realizar, ya que hasta mediados de julio no comenzará la verdadera aventura. Pero una vez esté allí, seguiré informándoos en directo y tendréis fotos de todo tipo en la cuenta de Instagram de Niponeate: @niponeate.
Llevaba varios años deseando hacer este viaje de estudios, pero nunca me parecía buen momento. Siempre me planteaba las mismas dudas: aunque fuera para aprender japonés, ¿y si necesitaba más nivel del que tenía aquí para poder convivir con una familia? ¿Y si el viaje era demasiado largo y pesado para hacerlo sola? ¿Y si…? ¿Y si…? ¿Y si…?
Y, por supuesto, el tema económico era también un aspecto muy importante, casi el principal. Pero tenía claro que quería hacerlo, así que empecé a ahorrar.
Me gustaría hacer aquí un paréntesis aquí, ya que estos cursos pueden ser de larga duración y pueden resultar muy costosos. Pero hay disponibles una serie de becas que pueden pedirse por Internet. También debéis saber que no solo existen cursos de idioma. Para aquellos que deseen especializarse en su propio campo de estudio en Japón durante un mayor periodo de tiempo, pero lo vean difícil por el esfuerzo económico que conlleva, la embajada japonesa (este enlace os redirigirá a le embajada japonesa en España) ofrece unas becas de investigación para graduados.
Bien, una vez finalizado este paréntesis continuamos con el curso de verano de japonés. 🙂
En realidad, todo empezó uno de esos días en los que miraba cursos “por si un año de estos me decido”.
Principalmente me iba fijando en el tiempo que podría estar en Japón, las horas de clase y el precio, y no terminaba de convencerme. Sin embargo, terminé encontrando una opción más económica que me permitía estar más tiempo y que se adaptaba más a mis necesidades.
Siempre es importante tener en cuenta los siguientes factores:
Empresa organizadora, ciudad en la que se realizará el curso, estancia (en familia o en residencia), duración del curso.
Empresa organizadora y escuela:
Quizás este es el factor más complicado. ¿Mejor una empresa con más fama o más conocida en Internet o una más pequeña, nacional y económica?
Esto depende de vosotros y de la fiabilidad que os inspire, claro está. No siempre lo económico es malo y lo más conocido mejor, pero entiendo que siempre tranquiliza ver un mayor número de reseñas en Internet.
También hay que tener en cuenta que esa empresa va a gestionar el “papeleo”, por así decirlo, con la escuela por ti, pero el curso no lo ofrecen ellos, sino la escuela a la que acudiréis más tarde, así que tendréis que buscar información sobre la institución, dónde se sitúa, si tiene un ambiente estudiantil que promueva los intercambios, etc. Por ejemplo: no es lo mismo que esté a las afueras de la ciudad a que se localice junto a un campus universitario.
Una vez más quiero decir que, por supuesto, ninguna opción es mejor ni peor, sino que una se adaptará mejor a vuestras necesidades o gustos que las demás.
Otra opción: contactar directamente con la escuela. No necesitáis una empresa intermediaria, aunque eso sí, con ayuda de la escuela, tendréis que haceros cargo de vuestro propio papeleo.
Ciudad:
Si no habéis tenido la oportunidad de visitar antes de este curso Japón, entiendo que la mayoría opte por Tokio. Es una ciudad espectacular, llena de luces y a la vez de parques, con increíbles rincones por descubrir, coronada por altos edificios y repleta de actividades culturales por hacer. Pero el hecho de ser la capital, incrementa el precio del curso.
Aunque Tokio os atraiga mucho, hay otros lugares increíbles que estoy segura de que os encantaría, por ejemplo, Kioto.
Kioto era la antigua capital nipona y, como tal, cuenta con un maravilloso patrimonio histórico, artístico y arquitectónico. La ciudad conserva esta gran herencia, en parte, precisamente por el hecho de que Tokio pasara a ser la capital en 1868, donde el aumento de población fue tal, que obligó a demoler numerosos edificios antiguos para construir otros que admitieran un mayor número de viviendas. Al no sufrir Kioto el mismo nivel de superpoblación, pudo mantener el mismo estilo dentro de la modernización.
Otra gran ventaja de Kioto es que el curso en esta ciudad es un poco más económico.
Más adelante le dedicaremos un apartado especial a Kioto, que es la ciudad a la que, después de mucho pensarlo, he decidido ir. Ya he visitado antes Tokio, y aunque quiero volver, desde que fui a Japón me quedé con las ganas de conocer Kioto, ¡así que es la oportunidad perfecta!
Aunque destaque estas dos ciudades, hay más opciones, como Nagoya, Nagano, Gifu, Sapporo (situado en Hokkaidou, la isla más norteña de Japón, donde el verano es más fresco y menos húmedo) y un largo etcétera de maravillosas ciudades que habrá que conocer aunque sea a base de viajes en tren los fines de semana.
Estancia:
Personalmente, yo no tuve muchas dudas con respecto a la estancia.
Las opciones son residencia o familia (o quedaros con alguien que ya conozcáis allí y os ofrezca su casa, claro).
Estar en una residencia puede dar una sensación de mayor libertad, ya que si elegís familia, nunca se sabe con qué tipo de personas os vais a topar, qué horarios os pueden exigir o qué relación tendréis con ellos.
Pero, sinceramente, lo más probable es que en una residencia nunca os esforcéis ni mejoréis tanto en el idioma como en familia.
Es posible que sea una lotería, pero hay que tener en cuenta que una familia que está dispuesta a acoger a un estudiante del que sabe tanto como el estudiante de ella (es decir, casi nada), probablemente sea una familia abierta, deseando conocer otras culturas y dar a conocer la suya.
He investigado en Youtube y, no voy a mentiros, hay muchas personas que realizaron su estancia en familia y se arrepienten de ello, pero si se origina cualquier problema, siempre podemos contar con la escuela para que nos ayude a buscar otro hogar si no podemos arreglar nuestras diferencias con la familia.
Por otro lado, también he escuchado testimonios de estudiantes más afortunados que establecieron una relación tan buena con su familia, que después vinieron a visitarlos a su propio país.
Yo aconsejo correr el riesgo, que es lo que haré. ¡Todo sea por sacarle todo el provecho posible a la experiencia!
Ya os contaré cuál es mi impresión cuando los conozca.
Otro punto a favor de la familia es que es a media pensión, es decir, ellos han de proporcionaros vuestro desayuno y cena. Es una opción ligeramente más cara que la residencia, ¡pero imaginad la cantidad de platos nuevos que probaréis y la de recetas que podréis aprender a hacer para cuando volváis a casa y lo echéis de menos! ¡Es la oportunidad de probar la cocina más auténtica, la casera, la especialidad de vuestra familia japonesa! Ay, cada vez que lo pienso se me hace la boca agua.
¡Y podré decir «itadakimasu» sin que me miren con cara rara!
Duración del curso:
Los cursos suelen ser de mínimo dos semanas. Aunque, en mi opinión, dos semanas no bastan para sacarle todo el partido posible. Y un mes tampoco, pero tendremos que adaptarnos a nuestras posibilidades.
Mi estancia será de un mes y, aunque no sea mucho tiempo, está en mi mano aprovecharla todo lo posible a base de intercambios, actividades, trabajos en la escuela y esforzándome por hablar japonés en todo momento.
A medida que aumenta el número de semanas, el curso se va encareciendo, obviamente. Pero, a veces, la diferencia no es tanta entre tres y cuatro semanas, por ejemplo, y compensa irse un mes.
También hay que tener en cuenta que, según sea vuestro país de origen, el vuelo será más o menos largo, y que también debería compensaros tantas horas de vuelo con la estancia.
Y si podéis, ¡alargadlo todo lo posible! 😀
Esa es mi reflexión en cuanto al primer paso para irnos a estudiar japonés a Japón. En la próxima entrada os hablaré sobre las gestiones y test de nivel que hay que realizar antes de irnos ya cara al curso y a la familia.
¿Estáis en plena búsqueda de un curso de verano en Japón ahora mismo? ¿Queréis contarme vuestra experiencia en la “búsqueda del curso ideal”? ¿Os han surgido algunas dudas y os gustaría hablar con alguien en calidad de “amiga que también está metida en este lío” para tratar de despejar dudas? Pues dejad vuestro comentario en esta publicación o escribidme a: niponeate@gmail.com.
じゃーね!
¡Hasta pronto!
Otsukaresamadeshita! / Hotaru no hikari