Donde menos te lo esperas, entre montones de edificios, hay un campo sembrado de arroz o un pequeño huerto. ¡Y crecen muy rápido! ¡En solo un mes los vimos tanto empezar a brotar la mata como dar arroz!
Es una forma perfecta de encontrar el equilibrio entre la gran ciudad con su gran movimiento y tecnología, y la naturaleza, con su paz y tranquilidad.
Un aprovechamiento del terreno y un contraste de paisajes maravillosos.
Campos de arroz en plena ciudad de Kioto. / Foto: Irene Peris Martínez
Kioto es así. Modernismo por un lado, muchísima tradición por el otro.
Grandes y modernos edificios junto a antiquísimas y preciosas casas tradicionales.
Espero que os guste este pedacito la antigua capital nipona. Poco a poco os iré trayendo más.
じゃーね!
¡Hasta pronto!